COVID-19: La Vitamina D, un nutriente indispensable

Un reporte científico breve reciente evaluó el rol de la vitamina D en la prevención de la infección y en la mortalidad por COVID-19 recopilando datos de 20 países de Europa (Ilie, P.C., Stefanescu, S. & Smith, L. The role of vitamin D in the prevention of coronavirus disease 2019 infection and mortality. Aging Clin Exp Res (2020). https://doi.org/10.1007/s40520-020-01570-8).
Compararon los niveles promedio conocidos de vitamina D en la población versus la cantidad de contagios y la cantidad de fallecimientos por la enfermedad. Los resultados mostraron que a mayor nivel de vitamina D, menor la mortalidad y los contagios, más allá de que el estudio en sí tiene algunas limitaciones propias por la forma de contabilizar los casos en cada país, entre otras.
Se sabe que la deficiencia de esta vitamina (o tal vez mejor referirse a ella como una hormona para mayor precisión) es un problema a nivel mundial, aún cuando es común la disponibilidad de alimentos fortificados e incluso en lugares de gran exposición solar (van Schoor N, Lips P. Global Overview of Vitamin D Status. Endocrinol Metab Clin North Am. 2017;46(4):845‐870. doi:10.1016/j.ecl.2017.07.002).
La vitamina D es un nutriente esencial para la salud ósea y tendría influencia en los riesgos asociados a las enfermedades respiratorias como el asma o infecciones (Martineau Adrian R, Jolliffe David A, Richard HL et al (2017) Vitamin D supplementation to prevent acute respiratory tract infections: systematic review and meta-analysis of individual participant data. BMJ 356:i6583), entre otras.
La fuente más importante de vitamina D para las personas es la producción en el propio cuerpo a partir de la exposición al sol, si bien está afectada por múltiples causas (Wacker, M. & M.F. Holick. 2013. Sunlight and vitamin D: a global perspective for health. Dermatoendocrinol. 5: 51–108). También algunos alimentos tienen un contenido moderado de vitamina D, como el salmón, las sardinas y las yemas de huevo, pero no hay muchas opciones de alimentos que hagan aportes sustanciales de este nutriente, y entonces se adiciona en forma industrial a algunos productos que habitualmente compramos, como la leche y los cereales (Roth DE, Abrams SA, Aloia J, et al. Global prevalence and disease burden of vitamin D deficiency: a roadmap for action in low- and middle-income countries. Ann N Y Acad Sci. 2018;1430(1):44‐79. doi:10.1111/nyas.13968). Respecto a esto, hay un sitio muy completo que muestra datos a nivel mundial de fortificación de alimentos, que vale la pena explorar: fortificationdata.org
En resumen, es importante verificar nuestra situación frente a este nutriente y eventualmente, modificar nuestros hábitos de exposición al sol, cambio de dieta e incluso tal vez suplementar de alguna manera su disponibilidad en nuestro organismo.
Fuente: masvidasaludable