El diplomático argentino Rafael Grossi encabezará el OIEA
El Sr. Rafael Mariano Grossi obtuvo hoy, en una votación de la Junta de Gobernadores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), la mayoría necesaria para ser nombrado nuevo Director General del órgano de control de energía nuclear de la ONU.
En una sesión a puerta cerrada, el Sr. Grossi recibió el apoyo de 24 Miembros de la Junta de Gobernadores, compuesta por 35 naciones, por delante del Sr. Cornel Feruta (Rumania), que logró 10 votos. El miércoles se celebrará una nueva reunión de la Junta, abierta a todos los Estados Miembros del OIEA, para nombrar al Sr. Grossi.
La decisión de la Junta de Gobernadores se someterá a la aprobación de la Conferencia General del OIEA, formada por representantes de los 171 Estados Miembros.
El nuevo Director General, nombrado para un período de cuatro años, será el sexto responsable del OIEA desde su fundación en 1957, y la Junta prevé que asuma el cargo a más tardar el 1 de enero de 2020.
El diplomático argentino Rafael Grossi, de 58 años, es el actual embajador del país sudamericano ante el OIEA y al mismo tiempo se desempeña como embajador argentino en Austria, es licenciado en Ciencias Políticas, tiene una maestría en Relaciones Internacionales, y un doctorado en Historia y Política Internacional.
El Sr. Yukiya Amano (Japón) fue el quinto Director General del OIEA. Fué nombrado por primera vez para ocupar el cargo en diciembre de 2009 y, posteriormente, en 2013 y 2017. Falleció el 18 de julio de 2019. Sucedió al Sr. Mohamed ElBaradei, Director General del OIEA de 1997 a 2009; al Sr. Hans Blix, Director General del OIEA de 1981 a 1997; al Sr. Sigvard Eklund, Director General del OIEA de 1961 a 1981, y al Sr. Sterling Cole, Director General del OIEA de 1957 a 1961.

Yukiya Amano, anterior Director General en su visita oficial a la Argentina en la FCDN, a la izquierda, Rafael Grossi. (2010)
Trayectoria
En 2002, Grossi fue nombrado jefe de gabinete de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), con sede en La Haya. Allí asumió tareas muy delicadas, en especial las referidas al cumplimiento por parte de los Estados miembros, incluida la verificación de la destrucción de las reservas de armas químicas.
En 2015, presidió la Conferencia Diplomática sobre la Convención de Seguridad Nuclear, un hito diplomático convocado para revisar las cuestiones de seguridad nuclear después del accidente en la central nuclear de Fukushima en 2011. Allí, Grossi pudo salvar las diferencias entre los Estados contratantes en cuestiones delicadas y muchas veces divisorias sobre seguridad nuclear, y logró la aprobación unánime de una declaración sobre seguridad nuclear.