Reinicio de ensayos con terapia BNCT
La CNEA retomó la aplicación del “Protocolo Clínico de estudio Fase II” para la aplicación de la Técnica de Captura Neutrónica en Boro (BNCT, por su sigla en inglés) en pacientes con ciertos tipos de cáncer de piel
El Plan Nacional de Medicina Nuclear, impulsado por el Ministerio de Planificación Federal y la Comisión Nacional de Energía Atómica, busca sumar una nueva alternativa desde el punto de vista de la investigación y la ampliación de los conocimientos científico-médicos, que redundarán en tratamientos más eficaces contra el cáncer a mediano plazo.
Una vez más en las fronteras del conocimiento, Argentina se posiciona junto a los principales centros de investigación en radioterapias avanzadas del mundo (Finlandia, Japón, Suecia, Estados Unidos, Taiwan, Rusia, Italia y la Comunidad Europea) porque el 14 de octubre pasado se reiniciaron las aplicaciones de la Terapia de Captura Neutrónica en Boro a un paciente derivado por el Instituto de Oncología “Ángel H. Roffo” diagnosticado con melanoma en extremidades.
El ensayo clínico fue previamente aprobado por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), por los comités de Ética y Docencia e Investigación del Instituto de Oncología «Ángel H. Roffo», y por la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN).
Una experiencia que continúa
“Desde el 9 de octubre de 2003 y hasta 2007 se llevó a cabo la primera etapa de tratamientos, en que se cumplieron exitosamente 10 irradiaciones de melanoma en extremidades”, explica el doctor en física Gustavo Santa Cruz, coordinador del proyecto BNCT de la Gerencia de Área de Aplicaciones de la Tecnología Nuclear de la CNEA.
En aquella oportunidad, Argentina fue el primer país del Hemisferio Sur en aplicar este tipo de técnica. Pero debido al proceso de reconversión requerido para el núcleo del reactor RA-6, los tratamientos se interrumpieron y se iniciaron estudios para optimizar la instalación de tratamiento por BNCT.
Esto se tradujo en una importante ampliación de la sala donde se ubica al paciente y la incorporación de dispositivos de alta tecnología. “Luego de extensas caracterizaciones del nuevo haz de neutrones para tratamiento, de desarrollos computacionales avanzados, de la concepción de nuevas estrategias de tratamiento, de la firma de un convenio con el Instituto Roffo y de la obtención de la renovación de la licencia por parte de la ARN, el 14 de octubre pudimos reiniciar los ensayos clínicos para el melanoma en extremidades”, confirmó el físico que coordina el proyecto de BNCT.
Una forma distinta de luchar contra el cáncer
La Terapia por Captura Neutrónica en Boro, o BNCT (Boron Neutron Capture Therapy, por su denominación en inglés) es un método que consiste en atacar células cancerígenas utilizando un haz de neutrones producido en un reactor nuclear, marcadas previamente por la administración de un compuesto que contiene Boro.
A diferencia de las técnicas de radioterapia más extendidas (terapia gamma y protonterapia), no delimita la zona geométricamente sino que realiza una selectividad biológica de las células malignas, lo que aumenta significativamente la eficacia de la energía aplicada y, a su vez, minimiza el daño en los tejidos sanos.
Santa Cruz explica que se trata de “una estrategia basada en dos pasos: por un lado, se le administra al paciente un compuesto de boro y fenilalanina -que tiene la propiedad de ser absorbido selectivamente por las células tumorales y no por otras. Luego se irradia la zona con un haz de neutrones (rayos) que se encuentran dentro de un cierto rango de energía».
BNCT en Argentina
En todo el mundo, la BNCT está en etapa de ensayo clínico. Los primeros intentos los hizo el neurocirujano William Sweet en el Hospital General de Massachusetts, Estados Unidos, durante la década del ’50 y comenzó a ser perfeccionada por uno de sus discípulos, Hiroshi Hatanaka, en Japón.
En Argentina, los primeros pasos en los dio un grupo de investigadores de la CNEA en el año 1993, cuando comenzaron a configurar un haz térmico que sirviera para aplicar de manera experimental en humanos el paliativo oncológico. Cuatro años después, en 1997, el Organismo oficializó el proyecto.
Así, el 9 de octubre 2003 se realizó el primer procedimiento utilizando el reactor de investigación RA-6, que se enfocó en melanomas (tumores de piel) en extremidades. En aquella primera ocasión trabajó un grupo interdisciplinario integrado por aproximadamente 40 científicos y técnicos de los distintos centros atómicos de la CNEA, de Sede Central y, por supuesto, del Instituto de Oncología “Ángel H. Roffo”.
Hoy en día el proyecto BNCT involucra a más de 70 investigadores de la CNEA de especialidades tales como química, fisica, ingeniería nuclear, biología, matemática, medicina y veterinaria, en colaboración con instituciones nacionales e internacionales de prestigio.
En busca de nuevos horizontes
En paralelo, se comenzó a construir en el Centro Atómico Constituyentes un laboratorio capaz de albergar una nueva máquina para la realización de tratamientos por BNCT.
Se trata de un Acelerador de Protones y Deuterones específico para aplicaciones biomédicas diseñado, desarrollado y construido por la Subgerencia Tecnología y Aplicaciones de Aceleradores, dependiente de la Gerencia de Investigación y Aplicaciones de la CNEA.
Si bien algunos países (como Japón y el Reino Unido) dedicaron equipamientos a la aplicación de este tema, no existe aún en el mundo tecnología de aceleradores específicos para tratamientos por BNCT. Los más avanzados están en Italia, Israel, Rusia, Japón y Argentina.
“Nosotros tenemos un prototipo de menor escala íntegramente desarrollado, y esperamos contar con la máquina definitiva cuando finalicen las obras edilicias”, comenta el doctor en Física, Andrés Kreiner, quien lidera el proyecto.
A diferencia de la protonterapia, este equipo generará “haces entre 1000 y 10000 veces más intensos que los más intensos que el Acelerador Tandar” que, a su vez, logrará mayor eficacia terapéutica al ser absorbido por el Boro-10 previamente suministrado al paciente. “Apuntamos a tumores difusos e infiltrantes, donde la masa tumoral afecta un volumen mucho mayor de tejido sano”, concluye Kreiner.
+INFO: CNEA.gov.ar