Tomógrafo AR-PET hecho por CNEA en Argentina ya está en el Clínicas
Un grupo de especialistas del Centro Atómico Ezeiza desarrolló el primer prototipo de un tomógrafo PET fabricado íntegramente en el país. Funcionará en el servicio de Medicina Nuclear del hospital dependiente de la UBA.
Tras una semana de intenso trabajo, especialistas del Grupo de Sistemas Digitales y Robótica del Centro Atómico Ezeiza de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) concluyeron el armado del primer tomógrafo PET (Tomografía por Emisión de Positrones) desarrollado y fabricado totalmente en el país en su lugar de funcionamiento.
El equipo –que se utilizará en el diagnóstico de enfermedades oncológicas y cardiológicas– funcionará en un espacio especialmente acondicionado dentro del Servicio de Medicina Nuclear del Hospital de Clínicas José de San Martín, perteneciente a la Universidad de Buenos Aires (UBA) y a la CNEA. Este binomio trabaja articuladamente desde 1966, cuando se creó el primer Centro de Medicina Nuclear en el Hospital de Clínicas; y años mas tarde (1969) el prestigioso Centro de Oncología Instituto Angel Roffo.
Sobre los próximos pasos, el ingeniero Claudio Verrastro, jefe de la División de Sistemas Digitales y Robótica de la CNEA, explicó que se le pedirá a la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN) la autorización para trabajar con radiofármacos (que también son fabricados en el Centro Atómico Ezeiza de la CNEA) y, posteriormente, comenzará una etapa de caracterización del equipo desde el punto de vista funcional, que permitirá solicitar la aprobación a la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) para su utilización en personas.
“En esta etapa de caracterización trabajaremos con fantomas, que son como maniquíes a los que se les inyecta el radiofármaco, se los escanea y se les toma imágenes. Simulan un paciente real y permiten hacer mediciones y ajustes para que la ANMAT pueda evaluarlo y autorizar su uso en personas”, explica Verrastro, que también es director del Grupo de Inteligencia Artificial y Robótica en la UTN.
El Tomógrafo AR-PET de diseño y fabricación 100% nacional permitirá obtener imágenes anatómicas y funcionales del cuerpo humano de forma no invasiva, brindando un diagnóstico preciso de ciertas enfermedades como el cáncer, problemas cardíacos y trastornos cerebrales.
El equipo desarrollado por la CNEA puede, además, operar con dos de sus seis componentes principales, lo que facilita que el equipo sea reparado sin interrupciones en la prestación de sus servicios.
Esto es posible gracias a que sus cabezales (los responsables de la toma de imágenes) son de giro continúo. Para esto, cada fotomultiplicador del equipo tiene su propia computadora dedicada al procesamiento de datos. Estos cabezales fueron construidos con cristales centelladores dispuestos en forma hexagonal, lo que permite obtener un campo de visión amplio y facilita que se puedan sacar, reparar y reponer sin que el escáner salga de servicio. Además, tiene un diseño mecánico que le permite girar 360 grados de manera helicoidal, lo que evita las zonas muertas y mejora la uniformidad y la resolución espacial de los resultados. Cuenta con una arquitectura digital con capacidad de procesamiento distribuido, lo que posibilita la aplicación de algoritmos avanzados sin introducción de tiempos muertos en el sistema. Para satisfacer los altos requerimientos computacionales, los investigadores implementaron procesadores gráficos (GPU) similares a los que se utilizan en dispositivos de videojuegos.
Otra de las características de este equipo es su facilidad de instalación: no tiene cables, transmite la información de manera inalámbrica y funciona a 12 voltios, es decir, que se puede utilizar conectado a una computadora.
Además el diseño del nuevo tomógrafo por emisión de positrones es tan innovador que, en el transcurso del proyecto, se lograron realizar dos patentes de invención a nombre de la CNEA.
Se trata de un proyecto que comenzó en 2005 y que fue posible gracias al financiamiento de un Estado que confió en el desarrollo tecnológico nacional. Inicialmente, recibieron un aporte del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), y desde el año 2007 contaron con fondos del Tesoro Nacional por alrededor de 2 millones de pesos. “En 2015, el proyecto ya estaba terminado. Desde entonces, no recibimos más fondos específicos para el desarrollo del equipo, que de todos modos seguimos mejorando, pero recibimos fondos por una cifra similar de parte de la Fundación Centro de Diagnóstico Nuclear, para la remodelación de la sala del hospital en el que hoy está instalado el equipo”, detalla Velastro.
Trabajo en equipo
El proyecto fue llevado a cabo por el Grupo de Sistemas Digitales y Robótica de la CNEA, en colaboración con el Grupo de Inteligencia Artificial y Robótica de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN)
Para su desarrollo, los especialistas importaron sólo los componentes que consideraban imprescindibles, como los cristales centelladores, fotomultiplicadores y microchips electrónicos (que de todos modos impactaron en más del 50 por ciento del costo del equipo), mientras que la mecánica y la electrónica fueron diseñadas y patentadas de manera local. Resta saber qué política tomará la CNEA para la producción de estos equipos, si transferirá las patentes, a quién y de qué modo.
En total, el equipo desarrollado en el país tuvo un costo de fabricación estimado de alrededor de 300.000 dólares (sin incluir salarios). Si se profundizara el camino iniciado con la fabricación de este tomógrafo se podría evitar la dependencia de los fabricantes mundiales de este tipo de equipos, que actualmente son cuatro en el mundo y los comercializan a un valor de mercado que supera el millón de dólares la unidad. “Podríamos fabricarlos a menos de la mitad del precio de los equipos que se importan, con la ventaja de que también podríamos repararlos acá y a menor costo”, destaca Verrastro y afirma que el mantenimiento es una parte “muy importante” del costo de un PET, ya que anualmente ronda entre el 10% y el 15% del valor total del equipo.
En el contexto actual, este desarrollo también es representativo de la importancia de sostener políticas que impulsen desarrollos científicos y tecnológicos. “Hay que apuntar a la investigación y a la apropiación y dominio de la tecnología, teniendo en cuenta que son procesos que después de muchos años producen resultados”, subraya Verrastro y concluye: “En este caso, es un trabajo que se remonta a más de 11 años, porque cuando empezamos con este proyecto ya teníamos experiencia en otros que nos permitieron abordar este desafío”.
El aporte de la Fundación Centro Diagnóstico Nuclear
La FCDN rubricó un convenio con la CNEA en el año 2016 para asistir en la definición de la planta edilicia para cumplimentar los requerimientos de la Autoridad Regulatoria Nuclear, para asesorar en la realización de controles de calidad de imágenes y en la provisión de soporte administrativo para concretar la instalación del equipo AR-PET.
Fuentes: CNEA | Agencia TSS Por Vanina Lombardi | u-238
Más información: CNEA